
Estamos acabando la segunda semana post electoral, en la cual parece que se empieza a configurar la mayoría necesaria para que Patxi Lopez gane la votación en el pleno de investidura y se convierta en el nuevo Lehendakari, dando paso por fin a la alternancia de la que estamos tan necesitados en Euskadi.
Y de nuevo esta semana seguimos viendo titulares. No voy a hablar, de las famosas declaraciones de Eguibar y Urkullu diciendo que el PSE y ETA habían iniciado contactos la misma noche electoral, porque al final los intentos de autointoxicación son lo que son y dejan como dejan a los que los formulan.
Lo que si que me llama mas la atención son las declaraciones de hoy del actual Lehendakari. Se entiende que el Lehendakari, el que representa a todos los vascos, debería tener ciertas obligaciones adjuntas al cargo que le obligaran a mantener la compostura y las formas, al menos mientras sigue ostentando el cargo, pero parece ser que no. En este país, cuando a alguno se les desmorona el chiringuito del que llevan chupando todos estos años parece ser que se olvidan de las obligaciones institucionales, de la responsabilidad de país y de tantas cosas de las que ivan presumiendo para obsequiarnos con perlas como esta:
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